A menudo nos encontramos con vecinos en Benalmádena que comparten una inquietud muy común. Nos cuentan, café en mano, que prefieren esperar un poco más antes de dar el paso definitivo. Existe una creencia generalizada de que, si aguantamos lo suficiente, los precios de la vivienda terminarán bajando. Es una esperanza humana y comprensible, pues todos queremos cuidar nuestros ahorros y hacer la mejor inversión posible para el bienestar de nuestras familias. Sin embargo, la realidad de las previsiones del mercado inmobiliario nos está dibujando un mapa muy diferente para los próximos años.
Si estás esperando a que la vivienda baje drásticamente para comprar, el escenario que se aproxima para 2026 trae noticias importantes. No son necesariamente malas, pero sí requieren que miremos la situación con otros ojos y dejemos atrás viejos mitos. Dejamos atrás años de mucha volatilidad e incertidumbre financiera para entrar en una fase nueva. Los expertos llaman a esto estabilización, lo cual suena bien sobre el papel, pero choca de frente con un problema real: cada vez hay menos casas disponibles.
Hablemos claro sobre el dinero, que es lo que suele quitarnos el sueño. Muchos recordamos con nostalgia aquellos tiempos en los que el Euríbor estaba en negativo. Debemos ser honestos y admitir que eso fue una excepción histórica que difícilmente se repetirá a corto plazo. No volveremos a ver hipotecas regaladas. De hecho, en España el interés se situará, muy probablemente, en una horquilla de entre el 2,1 y el 2,6 por ciento. Es el nuevo escenario base.
El Banco Central Europeo parece sentirse cómodo en esas cifras para controlar la inflación sin ahogar la economía doméstica de las familias. Esto significa que el dinero tiene un precio justo y que la financiación será mucho más predecible. Ya no tendremos esos sobresaltos que hemos vivido recientemente, lo cual permite planificar la economía del hogar con mayor tranquilidad. Incluso al mirar hacia Estados Unidos, vemos que la relajación de sus tipos confirma un enfriamiento global de los precios.
Pero aquí es donde la historia empieza a cambiar de rumbo y debemos estar atentos. Mientras el coste de la hipoteca se estabiliza y nos permite hacer números claros, ocurre algo inquietante con las propiedades. El ladrillo se encarece. Aquí reside el verdadero reto para quien busca su nuevo hogar en la Costa del Sol. También es donde se encuentra la oportunidad para quien sabe leer el momento. Aunque el banco nos preste dinero a un interés razonable del 2,6 por ciento, el precio de la vivienda no va a esperarnos.
Se estima que los precios subirán de forma notable a lo largo de 2026. No hablamos de décimas, sino de un incremento que podría rondar el siete por ciento anual. La razón es matemática pura y no tiene vuelta de hoja. España necesita muchas más viviendas de las que se están construyendo actualmente. Faltan manos, faltan grúas y falta suelo finalista en zonas deseadas como la nuestra. Esta es la ecuación simple que rige el mercado: cuando mucha gente quiere vivir aquí y hay poca oferta, los precios suben.
Esa brecha entre lo que necesitamos y lo que se construye es cada vez mayor. Sólo se visará una pequeña parte de las viviendas necesarias para cubrir la demanda real de las familias que buscan un hogar. Por eso, si tienes capacidad de compra ahora, la estrategia de esperar puede salirte cara. La supuesta estabilidad futura de los intereses no compensará el aumento del precio del metro cuadrado que veremos mes a mes.
Además, hay un factor interesante que muchos pasan por alto al hacer sus cálculos. La banca está apostando fuerte por la sostenibilidad y la eficiencia energética. Las hipotecas verdes no son sólo un eslogan publicitario de moda. Si inviertes en una casa eficiente o reformas para mejorar la energía, los bancos ofrecen mejores condiciones. Es una forma inteligente de ahorrar dinero mes a mes y, además, cuidar el entorno que dejaremos a nuestros hijos.
En definitiva, el año 2026 se perfila como un periodo de financiación tranquila pero de vivienda escasa y muy cotizada. La clave no estará en mirar obsesivamente el tipo de interés, pues ya sabemos que rondará ese 2,5 por ciento. El secreto estará en anticiparse a la subida del valor de las casas. A veces, la prudencia no consiste en esperar quieto en la orilla, sino en empezar a nadar antes que el resto.
¿Hablamos de tu futuro hogar?
Sabemos que tomar decisiones sobre tu vivienda genera dudas y a veces un poco de vértigo. En Hernán Bustos – Real Estate Experts no tenemos una bola de cristal, pero sí conocemos el pulso de Benalmádena y el mercado actual. Si quieres analizar tu caso concreto, tomar un café y ver qué opciones reales tienes antes de que los precios suban, estamos aquí para escucharte. Sin compromisos, sólo una charla honesta entre vecinos que quieren lo mejor para ti.
Contáctanos hoy mismo y planifiquemos juntos tu próximo paso.






