Gestionar una venta requiere más que solo experiencia; demanda la capacidad de actuar con integridad. Hoy, queremos compartir un caso real que ilustra cómo un proceso de oferta transparente se convierte en el pilar de una transacción exitosa y ética.
Este caso de éxito tuvo lugar en Benalmádena, con la venta de un piso heredado por cuatro hermanos que vivían en diferentes países. La falta de comunicación y su desconocimiento del mercado local complicaron un poco la situación. Sus abogados, confiando en nuestras reseñas positivas, nos contactaron para gestionar la propiedad de manera profesional y ordenada.
Nuestra primera tarea fue realizar una valoración precisa del piso, para establecer un rango de precios realista, que transmitiera certezas a los vendedores.
Un proceso de oferta transparente
Con el precio acordado y el piso listo, la propiedad generó un rápido interés.
Comenzamos las visitas con muchos clientes que teníamos en cartera, buscando pisos similares por la zona y, en menos de dos semanas, un lunes, por la mañana, recibimos la primera oferta, cuyo importe fue ligeramente por debajo del precio completo.
Inmediatamente, realizamos todos los pasos que requiere la presentación formal de esta oferta: 1. Depósito de 6000€ en la cuenta de clientes y 2. Firma de un formulario completo, con todas las condiciones que implicaría la reserva, en caso de aceptación de la oferta.
Sin embargo, teníamos una segunda visita programada para ese mismo lunes, por la tarde. En lugar de cancelarla, mantuvimos el compromiso, una decisión clave en nuestro proceso de oferta transparente.
La segunda visita no solo confirmó el interés, sino que resultó en una oferta por el precio total de venta. Ante esta nueva situación, actuamos con total honestidad. Le informamos al primer comprador que habíamos recibido una oferta superior y le dimos la opción de mejorarla. Fuimos un paso más allá en nuestra política de transparencia: les dejamos claro que, si subían su oferta, ésta también se comunicaría a la segunda familia para darles la oportunidad de contraofertar.
El resultado: la confianza como valor. La primera familia no subió su oferta y los vendedores aceptaron la segunda oferta, cerrando una venta con la que quedaron completamente satisfechos.
Aunque el primer comprador no se llevó la propiedad, valoró enormemente la honestidad de nuestro proceso de oferta transparente y agradeció la claridad con la que se gestionó la operación.
Este caso de éxito subraya un principio fundamental de nuestra filosofía: la transparencia en el mercado inmobiliario no es sólo un valor, es la mejor forma de proteger los intereses del cliente y construir relaciones de confianza con todas las partes implicadas.
¿Por qué este proceso de oferta transparente benefició a todos?
- Para el vendedor (nuestro cliente): Aseguró que obtuviera la mejor oferta posible de manera ética.
- Para los compradores: Generó confianza en la agencia y en el proceso, incluso si cuando no se quedaron con la propiedad.
- Para la agencia: Fortaleció la reputación y la autoridad en el mercado, y seguramente atraerá a clientes que valoren la integridad.